Nadie recordaba cuando sonó por última vez el himno de Estados Unidos en La Habana, Cuba. ¿El motivo? un encuentro histórico de Rugby Sin Fronteras, que unió a cubanos y estadounidenses utilizando el deporte como herramienta de encuentro y superación. Un apasionante partido de rugby seguido de un tercer tiempo donde los protagonistas fueron la hermandad y el respeto.
En la previa ya se dilucidaba que Rugby Sin Fronteras estaba ante un nuevo evento histórico. “Era un partido con el que soñábamos hace mucho tiempo”, expresaba Gustavo Zerbino, sobreviviente del Milagro de los Andes y vicepresidente de una Fundación que no conoce de imposibles.
La cita era en el Combinado Deportivo “Eduardo Savory”. Allí se encontrarían los jugadores de Estados Unidos, de Cuba y los representantes de Rugby Sin Fronteras. La jornada dio inicio con un emocionante desfile de los equipos, acompañados por sus banderas de ceremonia y el himno nacional del país anfitrión, seguido del himno de EEUU, el cuál no se recordaba cuando se había escuchado por última vez.
“Estamos ante un nuevo evento deportivo amistoso realizado con el fin de incrementar las relaciones entre los países y consolidar al deporte como puente de intercambio entre los pueblos” expresó el presidente de la Federación Cubana de Rugby, Erick Gutiérrez Rodríguez, en el acto inaugural que contó con la presencia de autoridades del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER), del Comité Olímpico y de las Embajadas de Estados Unidos y Uruguay.
“A partir de la apertura entre ambos países vimos una excelente oportunidad para seguir construyendo el mensaje de utilizar el rugby como herramienta de encuentro y unión, demostrando que a través del deporte se pueden superar todo tipo de barreras políticas e ideológicas”.
Juntos empujaron por la paz y el respeto
El “Encuentro por la Paz”, organizado por la Fundación, comenzó con una ronda gigante donde en las miradas y el abrazo de todos se percibía la importancia de lo que estaba sucediendo. Dos equipos, el azul y el rojo, representaron a Rugby Sin Fronteras en la cancha. Los “Wild Geese” de Washington se mezclaron con los “Indios Caribe” de La Habana y junto a representantes de la Fundación y de las embajadas de Uruguay y Estados Unidos, no sólo ofrecieron un divertido y excelente juego, sino que le dieron al mundo un extraordinario mensaje de encuentro y unión a través del deporte.
Los interminables abrazos fueron el idioma que los unió, en un evento que tuvo su punto más alto cuando se realizó el ya tradicional scrum gigante que utiliza la idea fuerza de empujar todos juntos y para el mismo lado bajo el lema del encuentro, el respeto y la paz, en español y en inglés.
Haciendo alusión a la frase de Neil Armstrong, “un pequeño paso, un gran salto”, el capitán del equipo cubano “Indios Caribe”, Osmel Hernández, expresó su emoción y amor por el rugby, trabajando desde hace ya 24 años en la difusión y crecimiento de un deporte que el día domingo dio un salto cuántico en la isla.
“Una carta para un niño argentino”
Previo al inicio del partido, jóvenes de 12 y 13 años cubanos junto a los jóvenes representantes de Rugby Sin Fronteras, los hermanos Pucciarello, jugaron una divertida tocata que finalizó con una entrega de medallas con el símbolo de la paloma de la paz y el calco de la reconocida campaña “Yo Respeto” que también llegó a Cuba.
Además, los jóvenes del equipo “Guerreros de Arroyo” del Municipio Arroyo Naranja entregaron cartas escritas por ellos, para niños rugbiers argentinos, con el objetivo de generar un vínculo a partir de la pasión que los une.
“Uno de nuestros compromisos es relacionar a los niños de todo el mundo, que se conozcan y establezcan vínculos a través del deporte, que esta por fuera de cualquier situación política o ideológica”.
Tercer tiempo
El evento finalizó con un fraternal tercer tiempo, con personas que parecía que se conocían desde siempre, a pesar de no compartir un mismo idioma, pero sí la pasión por el rugby. Se intercambiaron obsequios y la Fundación reconoció muy especialmente a ambos equipos en la figura de sus capitanes; a Guillermo Auad, argentino radicado en Estados Unidos y gran promotor de este evento; a Chukin Chao, coordinador general de la Federación Cubana; a los representantes de la Embajada de Estados Unidos y Uruguay que participaron del evento y a Alexander Hernández Sotero, entrenador de los “Guerreros de Arroyo”.
Rugby Sin Fronteras quiere agradecer muy especialmente a la empresa Lions XV, que confeccionó toda la indumentaria utilizada en el evento, destacando como siempre la calidad de los equipos que elabora. A Alejandra Alberdi y la empresa CAP quién se encargó de la realización de todo el material impreso, gigantografías y banners y a Alejandro Waisberg de la firma Gilbert, que apoyó el encuentro con la donación de pelotas de juego.
La delegación estuvo integrada por el presidente y fundador Juan Bautista Segonds y su esposa Ana Caballero; el vicepresidente y co fundador Gustavo Zerbino; el encargado de prensa y comunicación, Rodrigo Fuhr; el camarógrafo y editor, Gerardo Merello y las familias Pucciarello, Rojas Centurión y Muerza.
Nuestro infinito agradecimiento a socios, amigos y colaboradores que con su esfuerzo nos ayudan día a día a llevar adelante la misión de la Fundación: construir una sociedad que viva en armonía y en paz.